La semana pasada vimos más evidencia de que el crecimiento económico en los Estados Unidos se está recuperando, lo que ayudó a impulsar la subida de las acciones. El Dow Jones Industrial Average subió un 1,19% hasta 17.068, mientras que el índice S&P 500 se revalorizó un 1.44% hasta 1.985. El índice tecnológico Nasdaq Composite añadido un 2,44% para cerrar la semana en 4.486. Mientras tanto, el rendimiento del Tesoro a 10 años subió del 2,53% al 2,64%.
Algunos datos favorables ayudaron a preparar el escenario para la segunda mitad del año, lo que confirma nuestra opinión de que los inversores deberían adoptar un sesgo cíclico en renta variable, evitando al mismo tiempo los bonos a más corto plazo.
Fuerte crecimiento del empleo, con dos salvedades
Los Estados Unidos está empezando la segunda mitad del año con fuerza. La semana pasada, las cifras económicas de Estados Unidos cumplieron o, incluso, superaron a las expectativas. Las ventas pendientes de casas subieron un 6,1% en mayo a un máximo de ocho meses, mientras que la encuesta ISM indicó un nuevo aumento de los nuevos pedidos de fábricas.
Pero lo más importante, el crecimiento de puestos de trabajo experimentó una dramática aceleración en junio. Las nóminas no agrícolas aumentaron en 288.000 y el crecimiento de los dos meses anteriores fue revisado al alza por 29.000. Además, la tasa de desempleo cayó al 6,1%.
La parte negativa del informe de empleo: la participación laboral y los salarios. La participación laboral (es decir, el porcentaje de personas trabajando o buscando trabajo) se mantuvo en un mínimo de multi-década en el 62,8%. Al mismo tiempo, el crecimiento salarial se desaceleró del 2,1% al 2,0%, situándose, de forma importante, por debajo de la tasa de inflación.
En resumen, el informe de empleo de junio proporciona evidencia tangible de que la economía se está acelerando, contrastando con la contracción del primer trimestre, que parece cada vez más debido al clima. Sin embargo, los problemas estructurales en el empleo -es decir, el bajo crecimiento salarial y la baja participación- parecen permanecer inmunes a la recuperación cíclica.
La fortaleza económica, buena para los inversores
A pesar de estos problemas estructurales, una economía más fuerte afectará probablemente al clima de inversión, tanto para las acciones como para los bonos, en la segunda mitad del año. Como hemos enfatizado en las últimas semanas, las acciones no están baratas, pero creemos que pueden subir algo más en la segunda mitad del año debido a las continuas mejoras económicas. Favoreceríamos a los valores cíclicos - más sensibles al crecimiento económico -, ya que son las que más se verían beneficiadas. Específicamente, vemos oportunidades en energía y finanzas, así como selectivamente en el sector tecnológico.
La perspectiva para los bonos depende en gran medida de su vencimiento. Los datos de la última semana, en combinación con otros recientes indicadores de empleo, así como algunos signos de aumento de la inflación, pueden llevar a la Reserva Federal a empezar a subir las tasas de interés a corto plazo. En la medida en que esto puede ocurrir antes de lo que los inversores esperan es probable que los bonos a más corto plazo, con vencimientos entre dos y cinco años, - sean los más vulnerables, y pueden perder valor.
Los bonos con vencimientos más largos pueden verse menos afectados. La Fed parece ser cada vez más escéptica sobre el potencial a largo plazo de la economía y ha ajustado su visión al sugerir que la tasa objetivo será más baja que la media histórica de largo plazo-más cerca de 3% a 3.5%. Este cambio va a mantener estable el tipo de interés de los bonos a más largo plazo, cosa importante para los tipos hipotecarios. Creemos que esto será fundamental para apoyar el mercado de la vivienda. Esta dicotomía - una subida de los tipos antes de lo esperado y una política de tipos bajos a largo plazo - sugiere que los rendimientos a corto y largo plazo podrían estar más en consonancia durante el segundo semestre del año, lo que los expertos llaman un "aplanamiento de la curva de tipos".
Las cifras económicas de esta semana son un signo esperanzador de que la economía finalmente está comenzando a acelerarse. El cómo se comportarán los mercados de bonos y acciones en la segunda mitad del año - y, por supuesto, cómo la Fed reaccionará dependerá de si esta tendencia continuará.