Aunque continuamos creyendo que los precios del crudo están muy por debajo de los niveles requeridos para incentivar suficiente inversión para satisfacer la demanda más allá del 2017, hemos reducido nuestra perspectiva del precio a largo plazo 5 dólares por barril hasta los 70 dólares para el Brent y 64 dólares para WTI para reflejar los desarrollos bajistas en trimestres recientes en la previsión de una oferta de bajo coste y una deflación en toda la industria.
Si bien 5 dólares representa un ajuste relativamente pequeño en nuestra asunción del precio a largo plazo, también hemos ajustado nuestra previsión de actividad a corto plazo y prevemos que los precios reflejen nuestra creencia de que el exceso de oferta hace que sea muy probable que los mercados de crudo no vuelvan a la normalidad hasta 2017.
Con todo, estos cambios tienen un impacto significativo en algunas de nuestras estimaciones de precios objetivos en el sector energético, especialmente las compañías que actualmente están muy apalancadas. Ya hemos empezado a revisar nuevas estimaciones de precios objetivos, y todas estarán actualizadas de aquí a dos semanas.
Dos acontecimientos clave nos han impulsado en nuestra decisión de ajustar a la baja nuestras previsiones de precio a largo plazo. Primero, las ventajas de costes han continuado creciendo en estos últimos trimestres, gracias a mejoras continuas de productividad en el petróleo no convencional (tight oil) de EEUU, así como la suavización de sanciones resultado del acuerdo nuclear iraní. A más largo plazo, esto hace que sea probable que el petróleo a bajo coste continúe desplazando más proyectos marginales que estaban siendo sancionados antes del colapso de los precios del crudo.
Además, nuestra anticipación del equilibrio en el nivel de oferta y demanda global ha continuado alargándose durante 2015. Esto, a su vez, ha provocado un colapso en la inversión a corto plazo que ha incrementado la magnitud del coste de deflación y ha debilitado considerablemente las divisas de muchos países exportadores de materias primas. El resultado son unos menores niveles de equilibrio para los proyectos offshore y de arenas petrolíferas.
Mientras las caídas de acciones energéticas han creado algunas oportunidades tentadoras para los inversores a largo plazo, la industria no ha hecho frente a una caída de esta magnitud desde los años ochenta. Existe una tremenda incertidumbre sobre la tendencia de los precios de las materias primas durante los próximos trimestres.
En consecuencia, los inversores deberían discriminar en su selección de valores y estar debidamente preparados para afrontar periodos de volatilidad mientras la industria se embarca en lo que probablemente será un largo proceso de recuperación.
¿Cuál es nuestra justificación para ser alcistas acerca de los precios del petróleo a largo plazo? La industria simplemente no puede permitirse invertir y satisfacer las necesidades futuras de oferta de 2017 con los precios del petróleo cerca de los niveles actuales.
Además, hay fuerzas que influyen en la oferta y la demanda que esperamos eventualmente lleven al mercado de vuelta al equilibrio. Por el lado de la oferta, decenas de miles de millones de dólares de inversión a corto plazo se han eliminado o diferido, y esperamos que esto haga que la oferta global no crezca en 2016-17 (la producción de petróleo ha incrementado por más de 4,5 millones de barriles diario en los últimos dos años).
Esto no aparece en los datos de producción actuales ya que las inversiones en energía tienen un horizonte temporal largo y la producción responde con retraso a los cambios en los niveles de inversión. Esto es así incluso para el petróleo no convencional de EEUU (tight oil), que es el área más ágil del sector.
Si bien la producción de petróleo en EEUU se ha incrementado en los primeros meses de 2015 a pesar del colapso en la actividad de perforación, desde entonces la producción ha empezado a caer y ahora ha bajado hasta los 600 millones de barriles diarias, es decir un 7% de los máximos de 9,6 millones de barriles diario alcanzados en abril.
Dada nuestra expectativa de que la actividad en EEUU seguirá deprimida hasta mitad del año que viene, esperamos que finalmente la producción se sitúe hacia finales de 2016 alrededor de un 13% por debajo de los máximos recientes, eliminando más de 1 millón de barriles diario de oferta del mercado.
Mientras el crecimiento de la oferta global de petróleo está a punto de pararse, la demanda sigue creciendo a aproximadamente en 1 millón de barriles diario por año. Dada nuestra perspectiva sobre la oferta, el reajuste de la industria empezará a ocurrir en serio en 2017, lo que permitiría que la industria reduzca el inventario a niveles más normales.