Cuando uno le pregunta en público a un gestor si le importan los flujos que están entrando o saliendo de su fondo, generalmente suele contestar que no, que esto no afecta a su proceso de inversión. En privado, sin embargo, muchos gestores admiten que los flujos pueden ocasionalmente, sobre todo en momentos extremos, afectar a su forma de gestionar.
Unas fuertes entradas de dinero pueden obligarle bien a mantener en cartera más liquidez de la deseada o desviarse ligeramente de su proceso inversor para por lo menos poner ese dinero nuevo “a trabajar”. Por otra parte, unas fuertes salidas de dinero, pueden claramente forzar al gestor a vender títulos que tenía pensado mantener en cartera (como lo hemos visto en casos concretos en el mercado español).
Pero, ¿de qué manera afectan los flujos a la rentabilidad de los fondos? Para averiguarlo hemos realizado un pequeño estudio en Estados Unidos (que extenderemos al mercado español) sobre los fondos de renta variable, tomando como referencia el periodo 2006-2011. La idea era dividir cada universo de inversión en función de los flujos netos y ver la rentabilidad obtenida posteriormente en los 3 años siguientes.
Los resultados obtenidos fueron bastante interesantes. En muchas categorías, los fondos con mayores flujos negativos sufrieron una alta tasa de mortalidad muy alta (fondos que desaparecen o se fusionan con otros), pero los que sobrevivieron consiguieron, en términos medios, una rentabilidad por encima de la de su categoría.
Por su parte, los fondos que han recibido mayores entradas de dinero mostraron evidentemente el mayor porcentaje de supervivencia (es lógico… ninguna gestora fusionaría o liquidaría un fondo que está incrementando su patrimonio), pero, por lo general, las rentabilidades futuras han estado por debajo de la media.
El estudio demuestra de alguna manera que los flujos extremos sí que pueden afectar a la rentabilidad futura. No quiero decir con esto que los flujos deban ser considerados como una señal de compra o de venta, pero sí como una señal de alerta para que el inversor esté más atento a la evolución del fondo.